CON MOTIVO DE LA SEMANA SANTA ...DULCES TÍPICOS DE SEMANA SANTA
en nuestra localidad..
Los amantes de la repostería estacional estamos de enhorabuena en Semana Santa, cuando se abre ante nuestros ojos un infinito abanico de exquisitos dulces. En esta nueva entrada os propongo que descubráis o recordéis los dulces tradicionales de esta fiesta. en nuestra localidad, seguro que conoceréis más, pero os dejo los típicos y fáciles de hacer.
Torrijas
Pan para torrijas rebanadas20
Leche 1 l
· Azúcar 100 g
· Canela en rama 1
· Aceite de oliva 1 l
·Huevos 2
·Azúcar para rebozar
·Canela molida para rebozar
¿Cómo hacer torrijas de leche?
Dificultad: Fácil
Tiempo total 1 h
Elaboración 30 m
Cocción 30 m
Reposo 3 h
1/2 cucharadita de semillas de sésamo
1/2 cucharadita de anís en grano o matalahúga
100 g. de agua
15 g. de levadura fresca de panadería
35 g. de azúcar
250 g. de harina de trigo de repostería
1 pizca de sal
Para decorar: 80 g de azúcar
5 gotas de agua
18 almendras crudas
Calentamos el aceite de oliva virgen extra con las semillas
de sésamo y el anís en grano, a fuego medio para que no se quemen.
Solo queremos darle un poco de calor, no hay que freírlas,
para que suelten sus aromas.
Retiramos de la fuente de calor después de un par de minutos
y dejamos atemperar.
Desmigajamos la levadura y la desleimos en el agua, a la que
añadimos el azúcar y un par de cucharadas de harina.
Colocamos esta mezcla en un recipiente amplio y hondo y
vertemos sobre ella el aceite aromatizado, pasando por un colador. Desechamos
el sésamo y el anís.
Añadimos un pellizco de sal e incorporamos la harina poco a
poco, removiendo bien para que se integre antes de añadir más.
Cuando no podamos manejar más la masa en el recipiente, la
pasamos a una superficie de trabajo limpia y amasamos hasta obtener una masa
suave, fina y elástica.
Podemos usar un robot de cocina o una amasadora y ahorrarnos
este trabajo, programando cinco minutos a una velocidad suave.
Amasado y forma de los bollos de Arcos de la Frontera
Dividimos la masa en seis partes, procurando que tengan el
mismo peso, y boleamos cada una de ellas haciendo rodar la masa sobre la
superficie de trabajo y presionando ligeramente con la palma de las manos.
Para dar forma de rosco a cada porción introducimos los
dedos en el centro y dibujamos círculos sobre la mesa de trabajo.
La masa se separará y se abrirá un agujero, que se hará cada
vez más grande con el movimiento.
Hay que tener en cuenta que los agujeros encogerán al levar
la masa y también con el horneado, así que sed generosos con el tamaño de los
mismos.
Horneado y presentación final de los bollos de Arcos de la
Frontera
Colocamos los roscos sobre una bandeja de horno cubierta con
papel sulfurizado o con un tapete de silicona, dejando suficiente espacio entre
ellos para que, al crecer, no se peguen.
Humedecemos el azúcar de la decoración con unas gotas de
agua y mezclamos con los dedos.
Repartimos por la superficie de los bollos y decoramos con
las almendras. Nosotros hemos puesto tres por pieza, pero si sois muy fans de
este fruto seco podéis usar más. Al gusto.
Cubrimos la bandeja con un paño húmedo y limpio y dejamos
levar hasta que casi doblen su tamaño. El tiempo dependerá de la temperatura
ambiente.
Una vez listos cocemos en el horno, precalentado a 180º C y
con calor tradicional arriba y abajo, durante uno 16-18 minutos o hasta que la
superficie haya adquirido un bonito tono dorado.
Retiramos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla
metálica antes de servir o guardar en un recipiente hermético para consumir más
adelante.
Consejos para una Bollos de Arcos de la Frontera de
rechupete
Es importante que todos los ingredientes estén a temperatura
ambiente para poder trabajar bien la mezcla. Si no es el caso, esperad una hora
antes de poneros a trabajar.
La cantidad de harina es orientativa, no la añadáis toda de
golpe. Ya sabéis que cada harina es un mundo y hay unas que absorben más
cantidad de líquido que otras.
Si notáis que la masa queda pegajosa, podéis añadir un poco
más. Si ocurre al contrario, os untáis las manos en aceite y amasáis unos
minutos hasta que la masa lo absorba.
La masa se puede aromatizar más añadiendo un poco de anís en
grano junto con la harina. Así mismo podemos enriquecerla con un poco de canela
molida. Al gusto.
Los tiempos de levado varían según la temperatura del
espacio en que las preparemos. A mayor temperatura, más rapidez de levado. A
menor, más lentitud.
Lo ideal es trabajar entre los 24-26ºC. En este caso, debido
a la cantidad de aceite que lleva la masa, el levado es lento y puede llegar a
tardar hasta 3 horas.
Por Alfonso López
Recetasderechupete.com en 2009.
1 limón
1 cucharadita de semillas de anís
1 huevo grande
110 g. de azúcar
1/4 cucharadita de canela molida
190 g. de harina de trigo común 00
1/2 cucharadita de levadura química
Preparación de la masa de los Roscos o Rosquetes de Cádiz
Pelamos la mitad del limón, procurando no llevarnos nada de
la parte blanca para que no amargue, y la colocamos en una sartén pequeña junto
con el aceite. Llevamos la sartén al fuego y calentamos el aceite. Cuando
empiece a chisporrotear apagamos el fuego.
Retiramos la sartén y desechamos la piel de limón. Este
pequeño gesto es suficiente para que el aceite se aromatice. A continuación,
agregamos las semillas de anís al aceite caliente y dejamos infusionar durante
un cuarto de hora aproximadamente, mientras el aceite se atempera.
Mientras tanto, en un recipiente amplio y profundo, batimos
el huevo y el azúcar. Solo queremos mezclar, así que no hace falta que sean
unas varillas eléctricas ni nada parecido.
Rallamos la otra mitad del limón y la agregamos a la mezcla
anterior junto con la canela molida. Removemos de nuevo para incorporar. Luego
añadimos el aceite de oliva virgen extra infusionado y atemperado y la harina
de trigo.
Removemos con una cuchara de madera o similar antes de
transferir a una superficie de trabajo limpia y amasar durante un minuto
aproximadamente.
Reposo de la masa. Forma de los Roscos. Horneado y
presentación final
Transcurrido el tiempo de reposo, tomamos pequeñas porciones
de la masa y las hacemos rodar sobre la mesa o en las palmas de las manos para
formar cilindros.
Precalentamos el horno a 180º C.
Enrollamos cada cilindro y apretamos los extremos para
asegurar que no se abren durante el horneado. Colocamos los roscos sobre una
bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado o una lámina de silicona y los
cocemos en el horno.
Horneamos a 180ºC con calor convencional arriba y abajo,
durante unos 8-10 minutos. Los retiramos antes de que se empiecen a dorar y
dejamos que se enfríen en la misma bandeja de horno. Servimos al gusto.
Consejos para unos Roscos o Rosquetes de Cádiz de rechupete
Duran mucho tiempo en buen estado, aunque no nos ha dado tiempo a comprobar cuántos días porque cada vez que los hemos hecho… ¡han volado!
Es importante no dejar que los roscos se doren, son un dulce
con un aspecto blanquecino. Aunque si nos pasamos con el tiempo de horno
tampoco va a pasar nada. Simplemente quedarán más duros, pero igualmente ricos.
Los roscos o rosquetes de Cádiz no son tiernos, adquieren
consistencia al enfriarse y quedan muy crujientes. Por eso conviene no hacerlos
muy gruesos.
La masa es ligeramente pegajosa y no hay que añadir más
harina. Con el reposo de media hora se vuelve más manipulable. No obstante, nos
podemos engrasar las manos para facilitar la tarea de porcionar la masa y
darles forma.
Aguantan muchos días en un recipiente hermético, aunque
dudamos de que lleguéis a saber nunca el tiempo exacto porque vuelan de la
cocina por arte de magia. Y es que están de rechupete.
Por Alfonso López
Alpisteras de Sanlúcar
4 yemas de huevo
Harina (la misma cantidad que el peso de las yemas)
Ralladura de ¼ de limón
1 cucharadita de matalahúva (anís verde)
Para el glaseado: dos cucharadas de agua + dos cucharaditas
de zumo de limón + 70 g de azúcar.
Separamos las yemas de las claras y en un bol ponemos las
yemas con la harina, la ralladura de limón y la cucharadita de matalahúva.
Removemos con una cuchara y después amasamos con la mano hasta integrar todos
los ingredientes bien y obtener una masa homogénea.
Pasamos la masa a la mesa de trabajo, un poco enharinada
para que no se pegue, y con un rodillo la extendemos fina. Con un cortapastas
en forma de rombo, vamos cortando la masa y colocando sobre la bandeja que
teníamos preparada.
Metemos al horno hasta que los picos se doblen un poco y los
bordes se empiecen a dorar. Una vez listas, ponemos en una rejilla para que
enfríen por completo.
Cuando estén frías preparamos el glaseado: Hacemos un
almíbar con el azúcar, el agua y el limón. Cocemos hasta el punto bola (es
cuando ponemos un poco de almíbar en agua fría y se forma una bolita),
retiramos del fuego y removemos hasta que tome un color blanco.
Una vez frías las alpisteras, las glaseamos metiéndolas en
el glaseado y las dejaremos de nuevo sobre la rejilla hasta que se sequen.
Esta prima de la torrija es también
muy popular en las mesas de Cuaresma. La receta de la leche frita es relativamente sencilla, aunque es laboriosa de modo
similar a la preparación de unas croquetas ya que hay que hacer una masa,
enfriarla y después rebozar sus porciones.
Ingredientes

Para la crema base de la leche frita: ¾ litros de leche entera
100 g de azúcar glas
3 yemas de huevo
La cáscara de un limón
80 g de harina fina o almidón de maíz
40 g mantequilla
1 rama de canela y 1 vaina de vainilla
1/2 l de aceite de oliva virgen extra suave para freír
Para el rebozado: 3 huevos
100 g de harina de trigo de todo uso
Decoración: 100 g de azúcar normal mezclado con una cucharadita de canela en polvo (rebozado final después de la fritura)
¿Cómo hacer leche frita en casa?
En nuestras recetas de postres no podía faltar la Leite fritida a galega. Para preparar este dulce tan tradicional y casero no necesitamos unos ingredientes especiales, nos basta con los de andar por casa, por eso es uno de los unos de los postres sencillos con más éxito en la repostería española.
Antes de nada. Leche aromatizada
El primer paso es preparar los ingredientes con los que vamos a aromatizar la leche.
Lavamos muy bien el limón y pelamos su piel de manera fina, sin mucho blanco que luego nos amargue el postre.
Abrimos la vaina de vainilla y sacamos las semillas que reservaremos para añadir más tarde a la leche.
Si utilizamos huevos caseros os aseguro que mejoráis este delicioso postre.
Separamos un vasito de leche del total que vamos a emplear y lo reservamos. Calentamos el resto de la leche en un cazo a fuego medio casi hasta el punto de ebullición.
Bajamos la temperatura y retiramos del fuego. Añadimos las semillas de vainilla, la mantequilla, la piel del limón y por último la rama de canela. Dejamos todo en reposo infusionando durante 5 minutos.
Preparación de la crema base de la leche frita
Mezclamos el almidón de maíz en el vaso de leche y juntamos sin que tenga nada de grumos.
Si es necesario le pasamos la batidora. Separamos las yemas de las claras.
Ponemos las yemas en un bol y batimos con el azúcar hasta que espumee.
Añadimos el vaso de leche y el almidón de maíz (Maicena). Volvemos a batir hasta que no queden grumos, tiene que quedar una masa homogénea. Reservamos.
Colamos la leche infusionada y la volvemos a añadir al cazo.
Calentamos a media ebullición y añadimos la crema del paso anterior.
Lo vamos añadiendo poco a poco y mezclando con unas varillas sin parar hasta que espese.
Es muy importante no dejar de remover pues si no puede llegar a quemarse o pegarse a la cazuela.
Reposo de la crema de la leche frita
Elegimos la bandeja que vamos a emplear para la crema de la leche frita.
En este caso una de cristal rectangular de 32 x 24 cm que he untado con un poco de mantequilla por si acaso aunque no suele ser necesario.
Vertemos la masa de la leche frita en la fuente para que quede del grosor deseado. Aproximamente 0,5 – 1 cm o un dedo, todo depende de gustos. A mi me gusta gordita.
Dejamos enfriar por lo menos un par de horas. Si la haces el día anterior a comerla estará mucho mejor, y es más fácil a la hora de manipular.
Cubrimos la masa de la leche frita con film transparente, que quede en contacto con la masa. Para que ésta no haga costra y quede muy suave.
Dejamos enfriar en la nevera, lo ideal es hacer la masa la noche o tarde antes. Así ayudamos a que se refrigere varias horas antes de seguir con la receta.
Fritura y presentación final de la leche frita
Una vez que la masa esté fría y compacta desmoldamos con cuidado volteando el molde sobre una bandeja.
Cortamos en porciones cuadradas o rectangulares también al gusto (entre 3-5 cm de lado).
Los pasamos por harina primero y luego por huevo batido, hasta que se impregne bien por ambas caras.
Freímos en una sartén grande con abundante aceite de oliva virgen suave o aceite de girasol.
Cuando tengan color dorado las sacamos con una espumadera, aproximadamente un minuto, medio por cada lado.
Retiramos los restos de huevo y las bolitas típicas de fritura si las tuviese.
Dejamos secar sobre papel absorbente y pasamos por la mezcla de canela molida y azúcar.
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